Estás preparando huevos fritos, tortilla o pollo a la plancha cuando, de repente y sin esperarlo, tu obra maestra se destroza y se queda incrustada en la sartén. Tus platos pasan del 10 al 0, como por arte de magia.
Un cocinero amateur o desmañado siempre tiene escusas para no guisar bien. La más típica, “No es por mí, es por la sartén”, seguida de otras como “es que se pega” o “el aceite salta” son ya un clásico. Bien, se acabaron las excusas para ellos con las sartenes Forja.
Otro factor importante es la durabilidad, al permanecer intactas durante mucho tiempo y mantener todas sus ventajas como el primer día pasados los años. No solo te ofrecen calidad y durabilidad, que ya es bastante, sino que te garantizan comodidad.
El diseño también ha sido especialmente cuidado para estas sartenes, que tienen líneas rectas y se han diseñado desde los 18 centímetros de diámetro hasta los 30, pasando por cinco medidas diferentes.
Son aptas para cocinar con placas de inducción, vitrocerámica, de gas o eléctricas. Pero si tu cocina es de inducción – o tienes previsto cambiarla en el futuro- te resultarán muy útiles gracias a su fondo liso de inducción.
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Mira algunas de las recetas que hemos preparado con ellas: