Trucos para conseguir un bizcocho casero muy esponjoso
¿Alguna vez habéis hecho un bizcocho que, a simple vista, parecía perfecto, pero luego estaba algo duro o crudo por dentro?
La repostería es una «ciencia exacta», por eso, es muy importante ser precisos en las medidas de los ingredientes, los tiempos de cocción o el tipo de productos utilizados para que os salga un bizcocho esponjoso.
A continuación, os damos algunos trucos para conseguirlo ¡esperamos que os sirvan de ayuda!
- Ingredientes. Como os decíamos, debemos ser muy exactos con las cantidades, y si seguimos una determinada receta, no variarla ni lo más mínimo. La pastelería no es como la cocina, donde podemos calcular a ojo. Por este motivo, a las recetas se las llama fórmulas en pastelería profesional. Es clave que los alimentos estén a temperatura ambiente para que la masa no se corte durante el batido, un rato antes de comenzar con la preparación, sacaremos todos los ingredientes de la nevera. Os recomendamos utilizar harina de trigo común e impulsor de manera separada (ahora venden muchas mezclas especiales para bizcochos) así controlamos mejor las cantidades.
- Masa. Para un bizcocho casero esponjoso, la masa debe llevar mucho aire. Esto se consigue con el batido, que puede hacerse con los huevos enteros con el azúcar, o con los huevos separados, yemas y azúcar por un lado y claras por otro. Podemos batir la mezcla cerca de una fuente de calor, el proceso se acelera y el resultado es excelente. Es conveniente añadirla harina al huevo batido de forma inmediata, para que no se pierda el aire conseguido durante el tamizado.
- Horneado. Hay que hornear el bizcocho inmediatamente después de obtener la masa. Para ello, deberemos tener el molde preparado y el horno a la temperatura adecuada (180ºC, con el calor de las partes superior e inferior por igual). Es muy importante no abrir el horno durante el proceso, al menos durante las 2/3 partes del tiempo de cocción. Por norma general, hay que hornear siete minutos por cada centímetro de grosor de la masa.
- Conservación. Una vez cocido el bizcocho, debemos enfriarlo antes de manipularlo y desmoldarlo. Así la miga se asienta y no se destrozará al partirlo. Cuando esté bien frío, hay que conservarlo en un recipiente hermético. ¡Si no os lo habéis comido antes!
Los moldes que veis en las imágenes pertenecen a la colección Mint, una de las últimas novedades de Quid, que incluye todo tipo de accesorios para la repostería y la cocina.
En este enlace puedes ver todos los productos incluidos en esta preciosa y divertida colección: https://www.arciberica.com/es/novedades/mint#