Tenemos asumido que la mayoría de las delicias gastronómicas son poco recomendables para la salud. Pizzas, hamburguesas, patatas… son alimentos que parecen tener un componente especial, al fin al cabo son considerados como “caprichos” para nuestro paladar aunque vayan en contra de nuestra dieta. Sin embargo, la innovación continua y el interés creciente de las personas en el ámbito culinario han permitido elaborar recetas muy apreciadas por nuestros seres más cercanos tanto por el sabor como por las propiedades que contribuyen a mejorar el funcionamiento del cuerpo. Uno de estos productos es el pecado.
Beneficios para la salud
El pescado nos ayuda indudablemente a mantener una dieta equilibrada y proporcionarnos los nutrientes que necesitamos. Por eso se aconseja consumir este producto al menos 3 veces por semana. Además, al contrario de lo que muchos piensan, la carne no es un sustitutivo al pescado, y viceversa. De hecho, aunque ambos son una fuente importante de proteínas, el perfil de lípidos del pescado es más saludable que el de la carne. Del mismo modo, tampoco el pescado sustituye a otros productos básicos de la denominada “dieta mediterránea” como pueden ser las verduras, frutas, cereales o legumbres –entre otros-.
El pescado aporta una cantidad baja de calorías que varía según la tipología. Los pescados azules son más grasos que los magros o blancos. La mayorías de estas grasas son, además, insaturadas, las más beneficiosas para el organismo. Sin embargo, se debe tener en cuenta que el modo de cocinarlo, así como las guarniciones pueden incrementar el contenido calórico del plato.
Una de las mayores ventajas de los pescados azules son las grasas Omega-3, ácidos grasos poliinsaturados muy relacionados con la prevención y tratamiento de enfermedades cardiovasculares e inflamatorias. Una sustancia de consumo aconsejado en todas las etapas de crecimiento de la persona, en especial a mujeres embarazas y niños. La prevención del cáncer o la diabetes son otras ventajas derivadas de su consumo.
Con un alto nivel de proteínas, el pescado es un alimento de alto nivel nutritivo cuyos aminoácidos nos ayudan a proteger nuestros órganos y tejidos frente a los agentes externos. Rico en vitaminas A, B, D y E, el pescado supone un motor indispensable para nuestro crecimiento y desarrollo. Se trata de un alimento, además, que debido a su consistencia se digiere con mayor facilidad que la carne.
Posibilidades en la cocina
Los beneficios para nuestra salud no es el único atractivo de este producto. La enorme variedad que existe dentro de los pescados dificulta que acabe “aburriendo”. Las posibilidades son infinitas. Dependen del pescado escogido, modo de cocinarlo, guarnición o salsa de acompañamiento, etc.
En cuanto al tipo de pescado tenemos el pescado blanco o magro, bajo en grasas y de fácil digestión. Se aconseja un consumo habitual de estos pescados, algunos de los más conocidos son la dorada, el bacalao, la merluza, la lubina o el rape, entre otros. Por otro lado encontramos los pescados azules, considerados grasos y con un gran aporte de Omega-3. Los más consumidos son el atún, el salmón y las sardinas.
Pescado cocido, a la plancha o al horno son las posibilidades para cocinarlo. En el primer es importante saber que debe cocerse con bastante agua y sal para cubrirlo completamente. El pescado a la plancha es la manera más común y ventajosa para las dietas. Por último, la elaboración del pescado al horno lleva más tiempo, lo que suele reservarse para ocasiones especiales. Son recetas más complejas pero con resultados exquisitos.
La cuestión sobre el acompañamiento de los platos también influye mucho en el resultado final de nuestro pescado. Incluso, el propio pescado sirve a menudo de complemento de otros platos como sopas, cremas o pastas con excelentes resultados. Patatas panaderas al horno, verduras guisadas, marisco, así como salsas como romescu, rosa, u otras más innovadoras como una crema de maíz, espinacas o cítrica son algunas sugerencias que no decepcionan.
Como en casi todo lo referente a la comida, los gustos personales priman por encima de los “estándares”. Aquí reside su principal ventaja, texturas y sabores para todos los gustos pero compartiendo los enormes beneficios para la salud que traen consigo.