Menú de Semana Santa
Comienza la Semana Santa y nos toca disfrutar de unas breves vacaciones. Un merecido descanso tras los primeros meses del año y en el que disponer de más tiempo libre para conocer y aplicar las tradiciones que nos traen estas fechas. Algunas directamente relacionadas con la cocina. Se pueden encontrar, por ejemplo, alimentos típicos de ciertas localidades o zonas de nuestro país, así como del todo el territorio. Otras tradiciones nos “obligan” a no comer carne los viernes de Cuaresma y, especialmente, el Viernes Santo, cuando deberíamos permanecer en ayuno y realizar una sola comida durante el día.
La abstinencia en cuanto a la carne cubre tanto a las carnes rojas como a las blancas, incluyendo también embutidos y demás partes del animal. En su lugar, el pescado -antiguamente visto como símbolo de la fertilidad y festividad- ha sido siempre el sustituto ideal para protagonizar nuestros menús. Respecto a los alimentos de propiamente Pascuales se ha considerado al huevo duro, que con el tiempo ha derivado en los huevos de Pascua, así como el bacalao en salazón, apurando el fin de la temporada de este delicioso pescado.
Primer plato
Vamos a elaborar un menú completo utilizando únicamente los platos más típicos de estas fechas. Para comenzar una deliciosa sopa de ajo, muy común en nuestra gastronomía y todavía más en Semana Santa. Como ingredientes indispensables utilizaremos pan duro y cebolla. Aunque la receta tradicional suele incluir jamón u otros embutidos, esta vez condimentaremos nuestro plato con una buena cantidad de pimentón.
Otra opción para el primer plato, o incluso como complemento del anterior, son las patatas «viudas». En resumen, se trata de una versión vegetariana de las famosas patatas “a la riojana”, que llevan chorizo u otros embutidos. Son patatas guisadas que se sirven calientes con pimentón y un chorro de aceite de oliva.
Bacalao
Turno ahora para el indudable protagonista: el bacalao. Existen muchas formas de aplicar este alimento en estas fechas. Tanto el primero como el segundo plato son susceptibles de contar con el bacalao entre sus ingredientes. Es habitual encontrar, por ejemplo, el potaje de vigilia o los buñuelos de bacalao. En el caso del primero, el potaje se prepara a base de garbanzos cocidos –o judías blancas- con trozos de espinacas, cebolla, ajetes y pimentón.
Se colocan los garbanzos en agua caliente hasta que alcancen su media cocción. Entonces añadimos el bacalao y las espinacas hasta que esté preparado. Por último sumamos el sofrito, reposo y comer. Los buñuelos, por su parte, se preparan con bacalao limpio y mezclado con huevo, harina, agua, bicarbonato y azafrán y se ponen a freír hasta que se doren.
Pero si hay una receta estrella en Semana Santa es el bacalao en salazón. Se trata de una forma procesada de bacalao que consiste en desecarlo mediante sal. De esta manera se puede conservar en un lugar seco durante varios meses sin que se estropee. ¿Para acompañarlo? A gustos. Crema de ali oli, salsa de piquillos o salsa verde son algunas de las ideas más conocidas.
Postre
Para terminar con nuestro “santo” menú escogeremos entre los dos postres más típicos: torrijas y monas de pascua. La torrija es una rebanada de pan que, una vez remojado en leche caliente y rebozado en huevo batido, se fríe en una sartén con aceite hasta que se dora. Después cada uno lo acompaña con ingredientes a su gusto como miel, canela o azúcar.
La mona de Pascua, por su parte, también es un dulce extendido por todo el territorio español y relacionado directamente con estas fechas. Este postre se elabora a partir de harina, leche, azúcar, levadura, huevos, aceite y sal. En muchas ocasiones se le añaden huevos u otros dulces de chocolate con determinadas formas y colores que sirven también como elemento decorativo. Es el caso, por ejemplo, de los huevos de Pascua.