Ideas para guarniciones sorprendentes
La mayoría de las veces no damos demasiada importancia a la guarnición de los platos que preparamos. De hecho, la guarnición es un concepto mucho más desarrollado y explotado en otros países hasta el punto de que se le llega a dar más importancia que al producto principal al que acompaña. Se trata de un elemento a tener en cuenta, no solo por la presentación del plato, sino por la mezcla de sabores y su efecto en el paladar.
Es hora de poner en marcha nuestra creatividad y ser capaces de sorprender en la elaboración de nuestra guarnición. Sorprender significa huir de lo tradicional. Siempre habrá tiempo de recurrir a unas patatas fritas o acompañar nuestro plato con una ensalada.
Haz maravillas con las patatas
Este tubérculo es de los alimentos que más posibilidades ofrecen. Tradicionalmente han servido como el acompañante ideal de numerosas carnes. Sin embargo, una guarnición bien preparada te ofrecerá la garantía de mezclar con el pescado que desees.
Las conocidas patatas panaderas son un ejemplo evidente. Su preparación consiste en cortar en rodajas las patatas. A continuación, podrían hacerse en la sartén o el horno. Es preferible usar el segundo debido a la menor cantidad de aceite que se precisa y, por tanto, más saludable. Antes de introducirlas en el horno recomendamos incluir el toque personal de cada uno. Cebolla, pimientos, alcaparras son algunos de los ejemplos más eficaces. El sabor se mezclará con el propio asado de la carne o pescado al que acompañe para sorprender a los comensales.
Otro de los usos tradicionales de la patata es la patata asada con piel. Si bien de primeras no lleva mucha complejidad, esta guarnición puede dar lugar a sorpresa si es acompañada, a su vez, por alguna salsa. Opciones hay muchas; buenos acompañamientos son una salsa agria o un toque más español con alioli y albahaca. Con frecuencia, éste acompañamiento gana más protagonismo y suele servirse también como aperitivo o primer plato.
Saca lo mejor del puré
Aunque el puré suele ser un recurrente para el primer plato, las posibilidades que ofrece como guarnición son innumerables. Para ello, es imprescindible que destaque por su espesor. De nuevo, el producto más común para su elaboración es la patata.
El puré de patata es un delicioso acompañante de carnes y pescados siempre que se prepare adecuadamente. La elección del tipo de patata, cocción al punto y orden en su elaboración son claves para obtener un buen resultado. Añade el distintivo con nuez moscada o pimienta que aporte un leve sabor picante.
Verduras y legumbres son también alimentos ideales, además de saludables, para hacer un puré de acompañamiento. Por incorporar algunos ejemplos, lánzate a crear un puré de judías blancas con beicon y coronado con uno buen aceite de oliva virgen extra, ajo y cebollino picado.
Innova lo tradicional
Para los clásicos, el arroz y la ensalada no desaparecen de nuestra cocina y siguen siendo una sencilla posibilidad para nuestra guarnición. Esto no impide que podamos sorprender a nuestros familiares y amigos mediante una innovadora receta en nuestra base clásica.
Para escapar de la ensalada típica de lechuga y tomate prueba a incorporar nuevos ingredientes. Una apuesta segura es la ensalada de calabacín y parmesano. Aunque el calabacín no presume de ser una de las verduras favoritas, sorprenderá el resultado de incorporarlo crudo y troceado sirviendo de base para el parmesano, albahaca, piñones y aceite de oliva.
Por otra parte, la versatilidad del arroz casa con las distintas salsas que podamos preparar para nuestro plato principal. El arroz es susceptible de ser acompañado por múltiples ingredientes como maíz, guisantes, zanahoria troceada, cebolla caramelizada, etc. Sería la guarnición perfecta para, por ejemplo, unas pechugas de pollo con salsa al whisky y limón o junto a un bonito salseado con fritada.
Los sabrosos hongos
Las setas y champiñones tienen sabores únicos. Es común encontrar cremas de estos tipos de hongo en cartas o recetas de muchas personas. El producto, por otro lado, como guarnición, no es tan habitual. Existe cierta distancia en este aspecto ante la duda de que no case con nuestro plato. Sin embargo, la tradición nos muestra que no es así.
Los champiñones y las setas pueden prepararse de diversas formas. Desde ahí recomendamos recetas hechas a partir de la reducción de vino, salsa de soja, mezclados con ajo, zanahoria o calabacín troceado. El propio sabor de los champiñones tras su paso por la sartén y habiendo absorbido el aceite de oliva se mezclará con nuestra carne o pescado al que acompañe creando una experiencia deliciosa.