Cocina para diabéticos
Los trastornos alimenticios son bastante frecuentes entre la población española. Desequilibrios de nuestro organismo que impide a muchas personas poder ingerir ciertos alimentos de la inmensa oferta gastronómica. Los casos más conocidos son la celiaquía y la diabetes. Mientras que los celíacos son intolerables al gluten, los diabéticos mantienen bajos niveles de la hormona insulina, importante para aprovechar el metabolismo de los nutrientes de los glúcidos.
En España hay más de 5 millones de diabéticos, muchos de los cuales todavía no saben que lo son. La alimentación que debe llevar un diabético no es muy diferente, sin embargo, debe tener cuidado con el nivel de carbohidratos que ingiere diariamente. Es importante tener claro algún concepto antes de empezar la dieta a seguir. Por ejemplo, “sin azúcar” no quiere decir lo mismo que “sin carbohidratos”. Aunque muchos productos adjuntan la primera etiqueta se debe tener cuidado porque pueden contener hidratos de carbono, lo que conviene controlar.
Alimentos no aconsejables en la dieta de los diabéticos
Se trata de restringir lo máximo posible o incluso eliminar alimentos de alto contenido en azúcar, sal o grasa. Comenzando por los dulces y los postres como los helados, pasteles, cereales o las galletas son tan deliciosos como desaconsejables. Otros, como los caramelos y golosinas deberían prohibirse ya que su ingesta es como comer azúcar directamente.
Respecto a las salsas, típicas como la de tomate, mayonesa u otras salsas que compramos con frecuencia en los centros comerciales, suelen incorporar azúcar de más que añade la industria para evitar la acidez y dotar al producto de un sabor más agradable. Es importante comprobar las cantidades en la etiqueta nutricional de los mismos.
Las patatas o aquellos panes y pastas que se hayan preparado con harina blanca también exigen un consumo muy moderado debido a que son alimentos ricos en glucosa. Por otro lado, productos como los fritos, la leche entera, los quesos grasos o la carne de cerdo y embutidos contienen mucha grasa, por lo que conviene reservar su consumo a determinadas ocasiones.
A la hora de beber, nada más sano que el agua. Las bebidas carbonatadas o refrescos y las bebidas energéticas contienen, aunque no lo parezca, niveles muy elevados de azúcar. Y en cuanto a beber zumos, mejor naturales ya que los embotellados cuentan con azúcares añadidos perjudiciales para el diabético.
En cuanto al alcohol, tampoco ayuda. Las personas que padecen diabetes tienen el riesgo de sufrir una hipoglucemia. ¿Por qué? El alcohol se metaboliza en el hígado, donde entorpece su capacidad para transformar el glucógeno en glucosa, provocando un descenso de glucemia.
Recetas alternativas
Aunque la lista de “restricciones” parece larga, también lo es la lista de alternativas. Los propios supermercados ofrecen una gran variedad de productos elaborados específicamente para ellos con el fin de que sustituyan el alto contenido de azúcar, grasa o hidratos de sus homólogos. Pan, harina, y cereales integrales, quesos descremados, helados y otros dulces sin azúcar y un largo etcétera demuestran que la lista es larga. Además, algunos otros de los mencionados en el apartado anterior simplemente podrían consumirse si se cocinan de otra manera, evitando los alimentos grasientos y sustituyéndolos por la plancha o la cocción.
Por elaborar ejemplo de menú ideal para diabéticos y para los que no lo son podríamos comenzar por un caldo de pollo, o una sopa de verduras. También un plato de pasta –de la que hemos citado anteriormente- con especias y verduras o un risotto de arroz integral con setas hará las delicias de los comensales.
Diferentes verduras las podemos utilizar para rellenar unos calamares adulzorados con vino blanco y el caldo de los propios vegetales. El pescado es una excelente opción para conseguir un segundo plato que no sea pesado y nos deje sitio para el postre. Canelones de merluza y gambas en salsa de piquillos o un salmón al horno son algunos ejemplos de platos completos y saludables.
Pero hay que comer de todo. Y la carne no es una excepción. Simplemente hay que controlar las cantidades e intentar evitar la carne de cerdo –es la que más grasa contiene-. La ternera, el pavo o el pollo –sin la piel- son también adecuadas elecciones para el segundo plato, si bien se aconseja recortar la grasa que la rodea antes de cocinarla o comerla.
Respecto al postre, nada que envidiar. Para los bizcochos simplemente hay que sustituir la harina por una integral. Prepara cualquier batido o helado casero utilizando queso sin materia grasa y leche desnatada o sustituye el azúcar por edulcorante para preparar una tarta de manzana.
Es La dieta es probablemente la tarea más relevante para llevar una vida saludable. Sin embargo, esta se debe acompañar de actitud positiva y ejercicio físico complementario. Este ejercicio físico ayuda al diabético afectando a los niveles de insulina que produce nuestro cuerpo y sensibilizando los tejidos a la hormona.