La gastronomía española –así como el resto de aspectos que conforman nuestra cultura- no sería lo que es sin la historia que hay sobre las espaldas. Una larga lista de tradiciones y culturas de todos los colores y procedencias que han transcurrido con el paso del tiempo dejando una huella difícilmente borrable. Una de las más influyentes ha sido el pueblo árabe, quien ocupó gran parte de la península –conocida entonces como Al-Ándalus- durante más de siete siglos y de quiénes todavía en la actualidad permanecen algunas de sus tradiciones.
Aunque no seamos conscientes, muchos de los ingredientes que añadimos diariamente en nuestros platos tienen influencia árabe. No es necesario, por tanto, acudir a un restaurante especializado para degustar este tipo de platos. Tu propia cocina es el lugar adecuado para experimentar cocina oriental. En cuanto a los alimentos que proceden de esta cultura encontramos la berenjena, el arroz, la caña de azúcar o los cítricos, entre otros.
Es probable que alguna vez hayáis preparado una ensalada de influencia árabe sin ni siquiera saberlo. ¿Cómo? Añadiendo naranjas amargas propias del naranjo, árbol que cultivaban para obtener miel de azahar. Lo mismo os habrá pasado si alguna vez habéis preparado berenjenas rellenas o incluso un plato con espinacas, un alimento que se remonta a la época persa y que fue introducido en España hace ya 10 siglos.
La palabra ‘albóndiga’, uno de nuestros platos tradicionales, también proviene del árabe al-bunduqa, ‘la bola’. El cómo cocinar este guiso de la bola de carne fue enseñado a los europeos, cuya receta ha sufrido tanta expansión como variantes. Para darle el toque exótico que estamos buscando para nuestro plato podemos preparar faláfel. Esto es, albóndigas hechas con habas, garbanzos o una combinación de las anteriores. Se prepara esta pasta junto con ajo y huevos y se adereza con pimiento, perejil y comino antes de ser freído.
Uno de los productos que más identificamos con la cultura de Oriente Medio es el ‘Shawarma’, comúnmente conocido como ‘Donër Kebab’. Se trata de una receta que se puede preparar en casa. La receta consiste en unas láminas de carne de cordero, ternera, pavo o pollo asadas en un asador vertical y consumido en un bocadillo de pan de pita –como si de una fajita se tratara- junto con vegetales (tomate perejil, lechuga…) y otros condimentos como pimienta y salsas (yogur o tahini). El curry en polvo, el sésamo o el azafrán son también productos de procedencia árabe que solemos incluir en alguna de nuestras recetas.
Por otra parte, si simplemente queremos hacer uso de la cocina árabe para combinarla con nuestros platos podemos optar por el famoso cuscús. Se elabora a base de sémola de trigo y se forman granos de un milímetro de diámetro. Habitualmente acompaña a platos de cordero o pollo y verduras. Otra de las guarniciones de tradición árabe con la que alegrar nuestra comida es el hummus. Se trata de una crema de puré de garbanzos con zumo de limón. Incluye también tahini y aceite de oliva. Se usa para mojar tus verduras y hortalizas frescas favoritas.
Para terminar, en cuanto al postre, podemos preparar un delicioso arroz con leche, ahora uno de los platos más tradicionales pero que antiguamente fue muy apreciado por la comunidad árabe. Ocurrió, además, durante la invasión musulmana de la península ibérica (siglo VIII) cuando se introdujeron productos típicos como el mazapán.