Aceites de oliva con añada y su uso en la cocina
Cada vez más existen paralelismos entre el aceite de oliva y el mundo del vino. Ambos son productos muy apreciados en nuestra gastronomía, y en los que existen diferentes categorías de calidad. También tienen en común la organización de catas en las que degustar aceites o vinos con diferentes características de aroma y sabor. Ahora también se habla de añada en los aceites de oliva.
Pero en este aspecto sí que existen diferencias apreciables. Mientras que en el caso del vino se valoran las añadas más antiguas, si nos referimos a los aceites, lo más importante es la frescura. ¿Cómo elegir el mejor aceite de oliva? Una de las claves está en la añada, es decir, la fecha en la que se ha producido y envasado el aceite. Los aceites de más calidad son los que pertenecen a la cosecha de ese mismo año, ya que pasado ese tiempo el preciado líquido pierde propiedades. Así podemos decir que el mejor aceite es el que se produce y se consume en ese plazo de 12 meses.
¿Qué aceite es el mejor? Vamos a empezar hablando de los tipos de aceites de oliva que existen, ya que es frecuente que haya confusión en la nomenclatura de los mismos. El aceite de oliva virgen extra es el de más calidad, y el que presenta mayores cualidades en su sabor y beneficios para nuestra salud.
El aceite de oliva tiene múltiples clasificaciones, aunque las más conocidas son las que encontramos en la nomenclatura de las botellas que podemos adquirir en el supermercado. Principalmente podemos hablar de aceite de oliva virgen extra, aceite de oliva, y aceite de orujo de oliva.
Como ya hemos avanzado, el aceite de oliva virgen extra es el de mayor calidad, y consiste en zumo de aceitunas sin aditivos, con una acidez inferior al 0,8%. Es un aceite muy sabroso, cuyos aromas y matices se pueden apreciar sobre todo en crudo.
El aceite de oliva virgen, por su parte, presenta algún defecto sensorial, aunque sigue siendo zumo de aceituna sin ningún aditivo. Su acidez debe ser menor del 2%.
Cuando nos referimos a aceite de oliva, sin la denominación “virgen”, hablamos de un aceite de menor calidad resultado de la mezcla de aceites vírgenes y refinados. Este aceite tiene un grado de acidez inferior al 1%.
Por su parte, el aceite de orujo de oliva es el resultado de mezclar aceite de orujo refinado con aceite de oliva virgen, y su acidez debe ser inferior al 1%.
Si estamos buscando el mejor aceite de oliva virgen extra, podemos elegir entre múltiples opciones teniendo en cuenta las variedades de las aceitunas, su grado de madurez en el momento de la recolección, aceites ecológicos, etc.
A la hora de elegir un buen aceite mejor que sea en botella oscura y que se indique su añada, es decir, el año en que se ha producido este aceite. Debemos elegir el aceite que sea de la última cosecha, para apreciar al máximo todas las propiedades.
¿Qué usos podemos darle al aceite de oliva virgen extra? Podemos utilizarlo tanto en frío como en caliente, aunque se podrá apreciar mejor su sabor en el caso añadirlo en frío. Esto es debido a que a altas temperaturas gran parte del aroma y los polifenoles del aceite se eliminan. Así lo más recomendable es disfrutar de todo el sabor de un buen aceite en una hogaza de pan, como aderezo en una ensalada, o como ingrediente en un rico gazpacho, entre otras infinitas posibilidades gastronómicas.